Trump minimiza el coronavirus y se contradice en público.

¿En manos de quién está Estados Unidos?

En Argentina vivimos cuatro años con un presidente (Macri) que hablaba en público sólo leyendo y bajo estrictas normas de couch para mentir y desdecirse a medida que pasaba el tiempo y su necesidad lo requería. La velocidad de contagio del coronavirus obligó al equipo de prensa de Donald Trump a trastocar el discurso en apenas semanas para terminar rotando en 180 grados y diciendo: "siempre supe que era grave".

A poco, incluso admitiendo de modo implícito sus mentiras, aduce que su pretensión (en lugar de informar con la verdad y actuar en consecuencia) es "no transmitir pánico a la ciudadanía".

Nos preguntamos, como hizo Noam Chomsky: ¿en manos de quiénes quedamos?

Hombres como Donald Trump, Boris Johnson, Jair Bolsonaro, Mauricio Macri o Lenin Moreno,  capaces de mentir en público ante millones de televidentes aún a sabiendas del malestar y muerte de multitudes. Hombres ejecutores, caras visibles de un poder que los couchea, los maquilla y los somete al sordo telepromter para la actuación pública mientras teje las maniobras multinacionales.